Central Hidroeléctrica

Ocupa el lugar de un viejo molino harinero que ya aparece documentado en el siglo XV por su importancia en el ciclo productivo de los cereales, imprescindible en la sociedad rural de entonces. En estos mismos molinos fue después donde se fabricó la luz que alumbró por primera vez las casas de los vecinos de toda la vega baja del Tajuña en pleno proceso de transición de una sociedad agrícola a un modelo industrial.

El edificio tiene planta en "L": un ala con doble altura donde se ubicaban dos viviendas simétricas con acceso independiente y, al otro extremo, de una sola altura, el lugar ocupado por la turbina y demás mecanismos para su funcionamiento.

Se abastecía a través de un caz que partía del generoso salto de agua creado en el curso del Tajuña a su paso más próximo al edificio. Los límites establecidos entre el curso del canal, el río y el edificio crean un particular espacio en forma de isla, cubierto de olmos centenarios, de una enorme riqueza medio-ambiental.

La antigua construcción fue realizada en fábrica de mampostería de piedra caliza gruesa y poseía un interesante valor estético que radicaba tanto en el diseño y composición técnicos, como en el tratamiento y solución de su fachada.

En 2005 se llevó a cabo una rehabilitación respetuosa con el original y, en la actualidad, el edificio ha sido devuelto a su antiguo esplendor.