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LAS VIRTUDES

El Agua de Carabaña fue declarada como agua minero-medicinal en 1883, y de utilidad pública en 1928.

En 1884, Chávarri recoge en su libro "Memoria científico-descriptiva de las aguas minero-medicinales de La Favorita de Carabaña (Provincia de Madrid)" un análisis de sus propiedades y efectos, así como un repaso a los numerosos premios y certificados obtenidos hasta la fecha.


Su uso por vía oral no se permite ya pero es lo que le valió fama mundial hace hoy un siglo, cuando se ingerían como purgantes (por el sulfato de sosa), depurativas (por el cloruro de calcio) y antisépticas (por el sulfuro de sodio).


En tratamientos balnearios, están especialmente indicadas para reumatismos crónicos, convalecencias de procesos médicos o quirúrgicos, rinitis, procesos alérgicos, bronquitis, distonías vegetativas, stress psíquico, enfermedades psicosomáticas, luxaciones, esguinces, contusiones, etc.


En 1904, con las sales que se obtienen del agua, se comienza a elaborar el Jabón de Sales de Carabaña,  que se conseguía mezclando las aguas con aceite de palmiste, coco y otros frutos. El jabón se comporta como drenador y antiseborreico, mejorando la circulación sanguínea por su contenido en azufre reducido. Se indica para piel grasa ó con acné y para tratamiento tópico de afecciones dermatológicas como la psoriasis.

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